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Primeros resultados del proyecto Sensogenoma: los pacientes con demencia tienen mayor sensibilidad a la música

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La música modifica la expresión de más del doble de genes en personas con deterioro cognitivo o Alzheimer que en personas sanas, según los resultados del proyecto piloto de la investigación

Primeros resultados del proyecto Sensogenoma: los pacientes con demencia tienen mayor sensibilidad a la música
DREAMSTIME

"Queremos conocer la melodía genética de la música", averiguar cuáles son los interruptores moleculares que se 'encienden' y 'apagan' cuando escuchamos una canción y explorar su potencial terapéutico.

Hace un año, se lanzaba el proyecto Sensogenoma con estas palabras de sus creadores, Antonio Salas, investigador principal de Genética en Biomedicina (GenPoB) y del Grupo de Genética, Vacunas, Enfermedades Infecciosas y Pediatría (GenVip); Federico Martinón , investigador principal del Grupo GenVip y coordinador y jefe del servicio de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago y Laura Navarro, musicóloga, doctora en Educación Musical y coordinadora del proyecto .

Doce meses después de aquellas declaraciones, los primeros resultados acaban de ver la luz y dan pistas sobre por qué, tal y como apuntan varios estudios, la música tiene un efecto beneficioso para las personas con deterioro cognitivo.

Según los estudios realizados, que han analizado el transcriptoma -los cambios genéticos que se producen en respuesta a cambios en el entorno- de 1.200 pacientes con deterioro cognitivo leve y Alzheimer y un número similar de controles, la música en los pacientes con estas patologías neurodegenerativas genera una expresión genética distinta a la que produce en personas sanas.

"No solamente expresan diferentes grupos de genes, sino que además lo hacen de una manera diferente", expone Antonio Salas, quien aclara que los pacientes con demencia muestran una mayor sensibilidad a la música, en el sentido de que, en ellos y en comparación con personas sanas, la cantidad de genes que se modifica es mayor. "La música modifica la expresión de más del doble de genes que en las personas sin patología diagnosticada, y muchos de estos genes están relacionados con procesos neurodegenerativos".


Uno de los aspectos que más ha llamado de la atención de los investigadores es que, en los pacientes estudiados, el estímulo musical provoca que la inmensa mayoría de los genes se expresen en dirección contraria a como se expresan en la enfermedad. "Una persona con Alzheimer tiene alterados los genes en una dirección, pero la música hace que esos genes se expresen en dirección contraria. Es intuitivo pensar que este efecto de la música tiene un efecto compensatorio en los genes alterados en el Alzheimer, como si se tratara de un efecto terapéutico", continúa Salas.

Prueba de concepto

"Hay que tener en cuenta que esto es una prueba de concepto", interviene Martinón. "Con esta primera piedra hemos podido demostrar, en primer lugar, que la propuesta técnica era factible, que las técnicas de vanguardia que utilizamos en la investigación de infecciones o de vacunas también pueden ser lo suficientemente sensibles para medir el efecto musical en una persona sana o enferma", subraya. "Pero, además, aunque el tamaño muestral todavía es pequeño, también ha permitido poner de manifiesto que hay una expresión distinta en las personas que tienen trastornos neurocognitivos degenerativos en comparación con las personas sanas. Y que, además, esa expresión diferencial es como si tratarse de alguna manera de compensar las rutas genéticas que están alteradas por esa enfermedad de base", añade.

Algunos de los genes cuya expresión ha sido alterada son TMEM38B, MPT, CIGYF1, ADAMTSL4 o GATA2. "Queda mucho camino por recorrer hasta conocer el papel específico que juega cada uno de ellos en la respuesta al estímulo musical", señalan los investigadores, que buscan el soporte financiero necesario para desarrollar la investigación a buen ritmo.

Los resultados que ahora se presentan son resultado de un experimento piloto que se realizó el pasado 30 de septiembre de 2022. Antes y después de un concierto que realizó la Real Filharmonía de Galicia, los científicos tomaron muestras a los asistentes para, posteriormente, mediante tecnología de última generación, analizar los cambios en la expresión del genoma de cada uno de ellos.

El repertorio, secreto hasta el día del concierto, consistió en piezas de Vivaldi, Mozart, Ravel y Gardel.

Los próximos 29 y 30 de septiembre se va a celebrar una segunda edición de Sensogenoma, con un nuevo concierto también con la colaboración de la Real Filharmonía de Galicia, la agrupación musical SANARTE y el Auditorio de Galicia.

"En los primeros conciertos experimentales tomamos muestras muy valiosas que se están analizando. En este próximo concierto queremos introducir novedades. Por ejemplo, aunque el repertorio también es secreto, puedo adelantar que habrá dos partes diferenciadas, para poder comparar dos estímulos de música diferentes. Por eso, vamos a recoger muestras también en el descanso para ver si diferentes estímulos musicales generan también respuestas diferentes", apunta Laura Navarro. Además, explica, también se tomarán muestras de personas ciegas y con discapacidad auditiva, para evaluar los efectos de la música sobre la expresión genética en estos colectivos.

"Para investigar hacen falta primero ideas y luego recursos. Las primeras las tenemos. Nos falta financiación. Esto es un proyecto en la frontera del conocimiento y, por tanto, más arriesgado que otros proyectos de investigación. Pero el hecho de que la parte piloto ya haya demostrado que es factible medir lo que queríamos medir y, además, también muestre que hay una respuesta diferencial entre personas con trastornos neurocognitivos y personas sanas es una garantía mayor para que promotores o mecenas quieran asociar su imagen con este proyecto, que va a tener mucho calado científicos y puede tener importantes repercusiones clínicas", reclama Martinón. "Invitamos a todo el mundo que quiera participar a pequeña o gran escala en este proyecto que tiene una gran dimensión científica, pero también social, cultural y de arte", concluye.


 
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    Identificado un nuevo tipo de demencia confundido hasta ahora con el alzhéimer

    El trastorno, bautizado Late, aparece en más del 20% de los cerebros de las personas de más de 80 años



    Ronald Reagan murió a los 93 años sin recordar que había sido presidente de EE UU en plena Guerra Fría. Rita Hayworth falleció a los 68 sin saber que había protagonizado Gilda. Y Adolfo Suárez expiró a los 81 habiendo olvidado que fue el primer presidente democrático en España tras la muerte de Franco. Cada tres segundos se diagnostica un nuevo caso de demencia en el mundo, con resultados demoledores. Más de un siglo después del descubrimiento de la enfermedad de Alzheimer, todavía no existe ningún tratamiento y ni siquiera se comprenden bien sus causas.
    Un equipo internacional de científicos publica hoy un documento que podría ayudar a explicar por qué las terapias experimentales fracasan una tras otra desde hace años. El llamado alzhéimer no siempre es alzhéimer. Los investigadores, encabezados por el estadounidense Peter Nelson, describen un nuevo tipo de demencia, bautizado Late (acrónimo del difícil nombre científico "encelopatía TDP-43 límbico-predominante relacionada con la edad") que aparentemente es tan habitual como el alzhéimer en las personas de más de 80 años. Ha pasado desapercibido durante décadas. “Existen más de 200 virus diferentes que pueden causar el resfriado común. ¿Por qué íbamos a pensar que solo hay una causa de la demencia?”, ha argumentado Nelson, de la Universidad de Kentucky, en un comunicado.
    Leer más en el enlace.............

    https://elpais.com/elpais/2019/04/29/ciencia/1556556220_386317.html

                                          HAY ESPERANZA





     



     

     

    La Voz de Asturias -  Actualidad

     El mayor estudio genético del alzhéimer revela cinco nuevas variantes de riesgo


    El estudio analizó el ADN de 94.000 personas




                                                                                                          
    El alzhéimer sigue siendo un misterio. Pese a décadas de investigación sobre la principal causa de demencia en el mundo, su origen biológico, aunque se apuntan distintas aproximaciones, sigue sin desentrañarse, lo que dificulta el hallazgo de una terapia curativa o mismo preventiva. Es una enfermedad compleja, en la que la genética es un elemento más en su desarrollo y aparición. Pero aunque no es determinante, los estudios del ADN de los pacientes y su comparación con el de personas sanas sí ayudan a entender mejor la patología y abren una vía para encontrar posibles dianas terapéuticas. Y esto es precisamente lo que se ha conseguido en el mayor análisis que jamás se haya realizado sobre el alzhéimer, en el que se analizaron las variantes genéticas de 94.437 personas.

    Realizado dentro delProyecto Internacional de Alzhéimer Genómico, en el que participan dos consorcios de Estados Unidos y uno europeo, la investigación, publicada en Nature Genetics, ha identificado cinco nuevos genes de riesgo para la enfermedad y ha confirmado otros 20 conocidos. Gracias a este ingente trabajo se ha comprobado por primera vez que las mutaciones en genes específicos de tau, una proteína característica de la enfermedad, pueden desempeñar un papel más temprano en su desarrollo de lo que se pensaba originalmente.


    «Es el mayor esfuerzo que nunca se haya realizado en este campo. Para hacerse una idea basta con decir que se han analizado 90.000 millones de variantes genéticas, una barbaridad», explica Ángel Carracedo, que ha participado con su grupo de la Universidad de Santiago y de la sede del Centro Nacional de Genotipado en Compostela, a cargo de Inés Quintela, del análisis de los 10.000 casos españoles aportados por el consorcio nacional Degesco, especialmente gracias al trabajo realizado por Agustín Ruiz y Pascual Sánchez.
    Carracedo precisa, sin embargo, que el hecho de que se hayan identificado nuevas variantes de riesgo de sufrir la enfermedad y constatado otras no significa que este hecho sea un factor decisivo, ya que intervienen muchos otros elementos ambientales y biológicos que aún se desconocen.

    Entender mejor la enfermedad

    «Para lo que sí nos ha valido este trabajo -explica- es para entender un poco mejor la enfermedad y comprender sus mecanismos». En todo caso, los genes asociados con el alzhéimer también podrían constituirse en el futuro en dianas terapéuticas hacia las que dirigir fármacos para tratar el mal degenerativo. «Nos permiten -advierte el genetista- distinguir causas y avanzar hacia una medicina personalizada». Pero aún habrá que esperar.
    Pero quizás lo más relevante del trabajo lo supone el hecho de que los genes de riesgo están asociados principalmente con cuatro rutas biológicas que están implicadas en el sistema inmunológico, con el metabolismo de los lípidos, con las proteínas Tau y con la proteína precursora amiloidea. «Esto nos hace pensar -advierte el genetista- que los fármacos que problemas no se dirijan hacia genes específicos, sino hacia estas rutas biológicas, ya que es muy previsible que sean las dianas terapéuticas». Harán falta, sin embargo, más investigaciones para comprender la función de los genes identificados y más análisis de ADN para confirmar los resultados e identificar nuevas variantes relacionadas con el alzhéimer que ayuden a definir con precisión los mecanismos moleculares que influyen en la aparición y progresión de la que es la principal causa de demencia.

    Tener más y más muestras es como agregar más y más píxeles a una fotografía: ayuda a los investigadores a ver detalles que de otra manera no verían y les ayuda a decidir dónde centrar más los estudios», apunta en este sentido Marilyn Miller, directora del programa de Genética del Alzhéimer del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos, institución que ha financiado en parte el trabajo. Pero el análisis ahora presentado supone ya un antes y un después. «El tamaño de este estudio proporciona claridad adicional sobre los genes que priorizar a medida que continuamos entendiendo mejor y buscando formas de tratar y prevenir esta enfermedad devastadora», destaca Richard J. Hodes, director del NIA.

















    Ayudante de lujo para la atención y el cuidado de las personas mayores.    

     

    Más información aquí








    Villa Olvido, el ‘pueblo’ para enfermos de alzhéimer


    Hogeweyk, una residencia para ancianos con demencia en Holanda, ha sido diseñada como una pequeña ciudad donde los pacientes pueden moverse libremente



    Una anciana pasea junto a un cuidador en las calles de la residencia para enfermos con alzhéimer de Hogeweyk (Holanda)