10 consejos de la Fundación Pasqual Maragall para disfrutar del verano a
pesar del Alzheimer
La Fundación Pasqual Maragall ha difundido 10 consejos para que tanto las personas con Alzheimer como sus cuidadores y familiares puedan disfrutar del verano.
La Fundación
Pasqual Maragall ha querido recordar a la sociedad la importancia de desconectar en
verano a pesar de vivir con Alzheimer o cuidar a una
persona que lo padece, y para ello ha publicado 10 consejos para disfrutar de
las vacaciones a pesar de la enfermedad.
“El verano ofrece diversas opciones que podemos convertir en
oportunidades, garantizando el bienestar de la persona
enferma y facilitando que el cuidador pueda descansar y tener su propio
tiempo de ocio”, ha explicado la doctora Nina Gramunt, neuropsicóloga de la
Fundación Pasqual Maragall.
La doctora Gramunt marca diferencias respecto al grado de enfermedad que
padezca cada persona, lo que influye directamente en sus posibilidades de
disfrutar de un periodo de descanso estival. “En la fase leve, los viajes o los
cambios temporales de entorno no suelen representar un problema siempre que
planifiquemos y gestionemos las vacaciones adecuadamente”, explica. No
obstante, “con el avance de la enfermedad, viajar puede comportar más trasiego
que beneficios, pero con las precauciones adecuadas, y según las
particularidades de cada caso, se podrán valorar posibilidades para poder
disfrutar de unos días diferentes”, añade.
Consejos de la Fundación Pasqual
Maragall para las vacaciones de personas con Alzheimer
Para facilitar el cambio de aires, la Fundación Pasqual Maragall
recomienda, como primer consejo, consultar a los
profesionales ante cualquier duda que tengan los familiares o
cuidadores, ya que solo ellos podrán realizar la recomendación que mejor se
ajuste a las necesidades del paciente. Esta comunicación
entre los familiares y el médico debe complementarse con una buena comunicación familiar que permita a las partes llegar a
acuerdos para repartir responsabilidades entre los miembros y así facilitar a
todos el descanso y la desconexión. Es otro de los consejos que aporta la
Fundación, y que complementa con otro consejo: evitar las confrontaciones, frecuentes en verano por el aumento del
tiempo que los familiares pasan juntos y en espacios más reducidos de lo
habitual (como una habitación de hotel o un coche), pero que pueden perjudicar
al paciente de Alzheimer. La Fundación recuerda que, aunque el paciente no
llegue a recordar la discusión, durante el transcurso de la misma sentirá
emociones que pueden repercutir de forma negativa en su salud y bienestar.
Otro consejo que aportan es facilitar el proceso de
adaptación del enfermo de Alzheimer al nuevo entorno, ya que los cambios
pueden afectar negativamente a estas personas al producir, por ejemplo,
desorientación. Por ello, es importante facilitar en lo posible la adaptación
retirando muebles que puedan suponer un peligro, dejando luces encendida o
colocando elementos conocidos por el paciente en lugares en los que suelen
estar, con el objetivo, en este caso, de crear una atmósfera más acogedora.
También es importante proteger del calor al paciente para evitar otros
problemas de salud. La Fundación Pasqual Maragall recomienda, asimismo, colocar
al paciente una pulsera con sus datos personas o incluso un dispositivo GPS
para evitar que la desorientación pueda poner en peligro a la persona.
Fundación Pasqual Maragall da consejos
para disfrutar del verano a pesar del Alzheimer
A pesar de ello, el entorno también debe adaptarse a la
persona con Alzheimer en la medida de lo posible. La Fundación
recomienda notificar al alojamiento o al servicio de transporte las necesidades
especiales del paciente para que puedan facilitar su estancia o viaje. En caso
de que el paciente vaya a convivir con otras personas, los familiares directos
deberán comunicarles la situación para que también puedan colaborar en su
proceso de adaptación. En este sentido, otro de los consejos es mantener hábitos asumidos por el paciente, como son las rutinas o los
horarios de comidas o de sueño, de manera que el cambio de aires no
interfiera en su día a día.
En relación con este
punto está otro de los consejos: evitar un exceso de
compromisos sociales. Si bien es cierto que en verano se aprovecha para realizar más
actividades, debe existir un equilibrio entre estos momentos de disrupción y
los hábitos para no aturdir al paciente con una sucesión de cambios de entorno
y compañías. La otra cara de la moneda es la necesaria desconexión del cuidador habitual, quien sí podrá y
deberá potenciar su vida social durante el verano para evitar el frecuente
aislamiento en el que caen estas personas, que dedican gran parte de su
existencia a cuidar del paciente con Alzheimer. Es otro de los consejos de la
Fundación, que recuerda que es posible y deseable
disfrutar del verano, algo en lo que no debe caber culpabilidad por parte del cuidador en
ningún momento.