Güelcom, una de las perrinas que venía a realizar la terapia asistida con animales al centro de día, falleció después de una vida de trabajo con el que procuraba a las personas, sobre todo a las más dependientes, una mejor calidad de vida y, en la medida de lo posible, una recuperación de aspectos físicos y psíquicos apreciable. Se fue como quería su cuidadora Inés Jiménez: placida y tranquilamente, disfrutando sus últimas horas de buena comida, sol, relax y la compañia de las personas que la querían y apreciaban.
Te echaremos de menos. Buen viaje Güelcom